Intimidad
Leo que Szymborska, la poeta polaca, era cuidadosa con su intimidad. Hablan de ello las autoras de su biografía, publicada este año por la editorial Pre-Textos, al comienzo de su trabajo. Lo achacan a una educación a la antigua usanza, conectada con una tradición aristocrática que interpretaba la expresión de los sentimientos y las emociones como falta de dominio sobre uno mismo, o falta de moderación.
“Soy una persona muy chapada a la antigua que se resiste a hablar de sí misma. Aunque quizá sea, más bien al contrario: soy vanguardista: ¿y si en épocas venideras la moda de desnudarse públicamente fuera cosa del pasado?”*
Enfrentada al desafío de mantener al día el blog, pienso una y otra vez en las distintas perspectivas con las que hoy se vive la intimidad , cómo sus límites se amplían y se reducen según las personas y sus circunstancias, cómo inventamos códigos y claves para seguir preservando algunos territorios que poder conservar para uno mismo y, también, para poder entregar como acto de amor y confianza a aquellos más cercanos.
El deseo de comunicarse, de compartir. Y la necesidad de silencio y sosiego, de calma y reflexión. Hace falta silencio y hace falta voz.
*Trastos, recuerdos. Una biografía de Wislawa Szymborska, por Anna Bikont y Joanna Szczesna, editorial Pre-Textos, 2015, Valencia