Biografías

En general prefiero las autobiografías a las biografías. Y me inquietan muchísimo las compilaciones de cartas en las que solo conocemos la correspondencia de uno de los remitentes. Tanto en unos libros como en otros la voz ausente se vuelve la más importante, opresivamente presente, revolviéndose ante ese abuso, esa reinvención de quienes eran.

Es cierto que los autores inventan sus vidas, que las personas olvidan, mitifican, endulzan, versionan. Pero aún así, prefiero un buen puñado de mentiras acerca de uno mismo que esa pretensión de ser capaces de revelar la verdad acerca de los otros.

En cambio, es cierto, en ocasiones hay biografías en las que avanzas de la mano de quien indaga y se pregunta, compartiendo sus dudas, sus intuiciones, sus tentativas. En esas biografías aprendes a conocer no solo al personaje, sino las dificultades de saberlo todo sobre los otros e incluso sobre una misma.

Entre las autobiografías que amo, curiosamente, hay dos de personas vinculadas al cine:

Autobiografía (o algo parecido), de Akira Kurosawa, publicada por la editorial Fundamentos.

De cine. Memorias de un príncipe de Hollywood, publicada por la editorial Acantilado.

Y entre las biografías, dos sobre mujeres, una filósofa y la otra reina:

Hannah Arendt. Una biografía, escrita por Elisabeth Young-Bruehl y publicada por Paidós.

Leonor de Aquitania, por la historiadora Regine Pernoud, publicada, de nuevo, por Acantilado.

Seguramente escriba más adelante sobre ellos, porque son libros que me siguen acompañando y que, de algún modo, me ayudan en ese esfuerzo por hilar la narrativa de la propia vida.