Como cada verano, la señora Melitona celebra hoy su fiesta de disfraces. No es una fiesta cualquiera, ¡están invitados todos los habitantes del prado!
Una historia optimista y entrañable, con música, pasteles, juegos y bailes, en la que un inoportuno vendaval casi echa a perder la mejor fiesta de disfraces que se haya celebrado nunca.